HABILIDADES DEL PENSAMIENTO

Los Institutos Nacionales de Salud calculan que un 15 por ciento de la población en los  sufre de algún problema de aprendizaje. Los alumnos con problemas de aprendizaje sufren de un desorden neurológico que les dificulta almacenar, utilizar o producir información.
Son igualmente inteligentes como cualquier otra persona y suelen destacar en el arte, la música o los deportes. Pero puede existir una discrepancia entre su capacidad y su rendimiento ya que suelen tener problemas con la lectura, la escritura, con el habla o con las matemáticas, así como con sus relaciones sociales. Generalmente los alumnos con problemas de aprendizaje tienen que trabajar más duro que sus compañeros para compensar por los problemas que sufren. Esto les puede causar depresión y falta de seguridad en sí mismos, especialmente si su problema no ha sido diagnosticado o no han recibido tratamiento.
¿Y tú estas en estos casos?
2.(comenta en 6 lineas con argumento y referencias)Muchas veces, cuando los resultados en la escuela no son los que nuestros padres esperan, debemos reconocer que nos faltó dedicarle tiempo al estudio. La manida frase de “no tienes hábito de estudio” nos cae como un insulto sin fin y aunque sea en la soledad de nuestro cuarto, debemos admitir que es cierto.
Entendemos que el proceso educativo es una unidad de influencias que abarca todas las esferas del desarrollo del educando; presume un sistema integrador de múltiples influencias, teniendo como lugar fundamental a la escuela y esta a su vez interactuar con la familia e instituciones socializadoras. Es la integración de la dirección del proceso de enseñanza- aprendizaje con el sistema de acciones de capacitación y orientación hacia los adolescentes, la familia y las instituciones socializadoras.

II . ANALIZA EL TEXTO Y REALIZA UN REPORTE DE 1 CUARTILLA. .
Para que el proceso educativo sea un proceso de prevención tiene que lograr movilizar el interior de los sujetos y hacerlos partícipes de cada unas de las acciones que se acometen en estos contextos, desarrollar una actitud positiva ante las tareas escolares y sociales desde el compromiso personal, el análisis crítico de cada uno de los procesos en que interactúa y que vivencia enriqueciendo sus conocimientos culturales, de la ciencia y provocando nuevas necesidades para el enriquecimiento individual.
En los últimos quince años los psicólogos y pedagogos (F. González y A. Mitjanst,1989) enfatizan en la necesidad de personalizar el proceso de enseñanza, teniendo presente las características del adolescente que posibilite desarrollar la interacción comunicativa, las motivaciones, actitudes positivas hacia las diferentes tareas y habilidades para acometerlas creadoramente.
Estos elementos nos llevan a hacer un análisis crítico sobre qué está pasando en la escuela, que aparecen desajustes y limitaciones para el desarrollo integral de los adolescentes.
Las limitaciones del proceso de educación de la personalidad, a nuestro juicio, aparecen en la misma concepción de ver la educación concentrada en la labor de una institución cerrada y no abrirse a la integración, como un proceso único en la unidad de los aprendizajes que brindan los contextos socializadores.
El proceso de educación, desde la diversidad y la especificidad de los sujetos, es cada vez más necesario en las instituciones escolares y necesita de la búsqueda creadora en el sistema formal, sobre todo, debe estar en condiciones de aprovechar las oportunidades que presenta la familia para actualizar, profundizar y enriquecer el conocimiento de los sujetos.
La educación es un proceso cuya finalidad es el pleno desarrollo del ser humano; es el vehículo de la cultura y los valores como construcción de espacios de socialización, a su vez, en la práctica pedagógica debe buscar creadoramente los métodos y vías para favorecer el desarrollo personal y grupal de los adolescentes desde las potencialidades de los aprendizajes sociales que ellos brindan.
En el Informe de la UNESCO "La educación encierra un tesoro", también conocido como Informe Delors (1996) aparecen declarados los pilares para la educación del siglo XXI: aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser, que hemos ajustado de acuerdo con las condiciones en que se desarrolla la educación en nuestro país. Lo menos trabajado en nuestra Pedagogía es aprender a vivir juntos, que significa aceptar al otro, respetar las individualidades, atender la diversidad, participar, comunicar las experiencias y las vivencias en las relaciones que se establecen, valorar las cualidades personales y las del grupo críticamente, reflexionar y propiciar vías comunes, respetando la individualidad y, aprender a ser que es el despliegue de todas sus riquezas personales hacia lo social, su compromiso individual en cualquier contexto y las expresiones más profundas de su personalidad conscientemente.
Este proceso dialéctico en la formación de la personalidad integral se revierte en el conocimiento de sí mismo, en la proyección del futuro, en las capacidades para analizar situaciones divergentes y tomar decisiones que oriente al sujeto en correspondencia con las necesidades individuales y sociales.
Este proceso activo, reflexivo y orientado a la interacción de los adolescentes debe tener en cuenta no solo el proceso de enseñanza - aprendizaje en la escuela, debe, además, apuntar a todas las actividades en el contexto grupal, donde aprenden a vivir de una forma más comprometida, crítica, autodeterminada y sana en las relaciones espontáneas.
Otra vía está dada en el contexto familiar, donde el aprendizaje está dirigido desde los ideales, las tradiciones familiares y el nivel de desarrollo alcanzado como grupo, mientras la proyección de futuro de los adolescentes no siempre se corresponde con estos conocimientos y no se convierten en fuente enriquecedora de la personalidad por las formas, vías y métodos utilizados en la orientación individual o modelos antieducativos que permanecen en estos contextos.
El proceso educativo no siempre logra la integración de todos los elementos que deben confluir en la práctica para la continuidad de la formación de los adolescentes, aspectos que han sido señalados por Martha R. Burt, 1999; C. Moreno, 1999; R. M. Álvarez de Zayas, 1997 y otros, que coinciden en plantear diferentes factores que entorpecen el desarrollo de la educación integral y que, a su vez, son fuentes para la aparición de conductas negativas en los adolescentes, entre ellos tenemos:
•El proceso de enseñanza - aprendizaje se reduce a la transmisión de conocimientos de las ciencias y a su reproducción por el alumno sin el vínculo con lo cotidiano.
•El proceso unidireccional, centrado en el docente, que ha prevalecido en nuestra práctica pedagógica, que no tiene en cuenta las potencialidades que brindan las actividades educativas para el intercambio, la orientación, el análisis crítico y las vivencias de los participantes.
•No se logra, con sistematicidad, el carácter activo de los participantes (docentes, adolescentes, familia, entre otros), en el diagnóstico, la realización de actividades y el control de las necesidades de los adolescentes en las variadas relaciones que establecen.
•El diagnóstico integral sistemático no se utiliza como potencializador del desarrollo personal de los implicados y las necesidades grupales.
Todos  hechos están revelando que en la adolescencia se acrecienta la necesidad de un proceso complejo de apropiación de recursos para responder al desarrollo integral que exige su medio social; donde estas influencias son asimiladas de diversas formas en dependencia de las necesidades individualidades y grupales. La escuela no es capaz de atender adecuadamente la diversidad de los sujetos, que se expresa en el nivel de desarrollo cognitivo alcanzado, las vías y métodos que manifiestan en la adquisición de conocimientos, los recursos personológicos que cada uno posee y las diferencias sociales en el contexto familiar y su manifestación en la escuela, que no siempre los docentes poseen re